Madridismo en estado puro



Sí, esa original frase que tan bien suena, ese lema que ocupa la parte trasera de la primera camiseta morada de Berserkers y que también da nombre al Torneo anual fútbol-basket de BSK.

Madridismo en estado puro es ir a la grada y estar de pie, en pie de guerra, animar a tu equipo sin desaliento y sin pedir opinión a las cuerdas vocales, ondear orgulloso bufandas y banderas con los colores y símbolos madridistas hasta que los brazos no pueden más, darle fuerte al bombo a veces hasta que salen ampollas, incentivar y guiar la animación con el megáfono de espaldas a la cancha perdiéndose medio partido, siempre independientemente del panel electrónico de enfrente.
Madridismo en estado puro es pensar en el partido semanas (incluso meses) antes, y preparar laboriosos tifos durante horas y horas, días y días, para recibir a los nuestros como se merecen, para empezar ganando con la primera canasta encestada desde la grada.
Madridismo en estado puro es entrar al pabellón sin que falten unos minutos (horas antes cuando hay tifo) para que empiece el partido, como el resto de aficionados, e irse el último recogiendo banderas y pancartas. Madridismo en estado puro es hacer pancartas para expresar todo aquello, bueno y malo, que una grada al unísono jamás diría mejor, y que nunca debe callar.
Madridismo en estado puro es la grada, el Real Madrid y basta.
Porque el madridismo en estado puro sólo entiende de unos colores y una unión; blanco y morado tradicionales, no hace falta más.

Madridismo en estado puro es mirar el calendario de partidos como visitante, pretemporada incluida, para plantear tus viajes de fin de semana, tan diferentes de los del resto de mortales, y recorrer cientos e incluso miles kilómetros, dentro y fuera de España, para pasear orgullosos unos colores y arropar a los tuyos lejos del calor de casa, aún a costa de sacrificio tras sacrificio y quedar los bolsillos con telarañas, sabiendo el morbo y hostilidad que provoca el Real Madrid como visitante en muchos territorios.
Madridismo en estado puro es coger un viernes rumbo a Torrejón, Las Matas, Arganda, Ciudad Real o donde sea, para ver a los chavales del filial desenvolverse entre mayores como pez en el agua y hacerles ver que en esas etapas semi-amateurs olvidadas no están solos mientras lleven el escudo del Real, y que les esperamos en canchas y gradas más focalizadas.
Madridismo en estado puro es todo lo que llevamos dentro, en la victoria y la derrota, y que nos hace seguir en la brecha sin ceder al desaliento.
Madridismo en estado puro es contar los años por temporadas, y hacer recuento de anécdotas mil, todas repetidas en los mismos contextos pero tan diferentes y singulares a la vez.
Madridismo en estado puro son tantas y tantas cosas que aquí no cabrían…

En definitiva, es la definición de Berserkers, el principio fundacional de este grupo de amigos que de forma tan especial viven y comparten el madridismo, con sus penas y alegrías. Por encima de fútbol, baloncesto, o gradas. Sin edulcorantes mediáticos, sin esa parte borreguil que tanto adultera el madridismo que nunca debió cambiar.